Relacionar
En la interrelación del ser humano con el medio el cuerpo interactúa con el paisaje determinando relaciones y parámetros espacio-temporales. Desde el diseño se aborda el relacionar como una instancia de experimentación donde diversos agentes (en este caso el aire, la tierra, el agua y la gravedad) operan como elementos que, a raíz de su interacción y afectación, trazan, marcan, esbozan, dibujando nuevas micro-geografías. Aparece la noción de escala como aquella infinidad de dimensiones y proporciones donde es posible observar cómo lo macro y micro se relacionan recíproca e íntimamente. Así, desde el diseño se establecen posibles vínculos entre el macrocosmos de la tierra y el microcosmos de sus pequeños fragmentos.
Esta relación entre inmensidad y fragmento que subyace en la noción de escala, es abordada desde la geografía cómo la necesidad de establecer un parámetro geográfico que permita analizar un elemento específico del territorio, en este caso, el suelo
En el proceso de comprender la localización y distribución de los fenómenos geográficos, es preciso realizar un estudio detallado de los componentes presentes y cómo estos interactúan. De este modo se puede comprender los procesos subyacentes que los explican.
El análisis en geografía, así como en toda disciplina científica, es el estudio profundo de un fenómeno o tema en particular, con el fin de tener una compresión más completa del mismo. La morfogénesis y la pedogénesis estudian el origen y la evolución de la forma del relieve y los suelos, respectivamente; ambos directamente correlacionados. De este modo, un análisis morfogenético, busca establecer relaciones entre las formas del paisaje y los procesos que le dieron origen. Asimismo, un análisis pedogenético estudia las relaciones existentes entre las propiedades de los suelos –e.g., color, granulometría, pH, entre otros-, y los procesos que los originaron. La textura y estructura de los suelos, por ejemplo, nos puede llevar a inferir niveles de meteorización, y las condiciones climáticas que las favorecieron. Mientras que la proporción de carbono orgánico y de oxidación, la granulometría y el PH, pueden dar cuenta de diferentes zonas de contacto (de erosión o acumulación), lo que tiene una relación directa con la pendiente. La estratigrafía, por su parte, permite la datación relativa de los horizontes de suelo, lo que también se refleja en la relativa granulometría y tonalidad del color, siendo más antiguos los horizontes que presentan colores más oscuros y granos más finos.
